miércoles, 7 de marzo de 2012

"Una Ruta Esotérica"

La historia inmortal del camino se ha ido construyendo a lo largo de los tiempos, pero su origen, a pesar de las creencias populares, no comienza con en el descubrimiento del sepulcro de Santiago en Compostela, sino que su leyenda, se remonta siglos antes de la llegada de Jesús y de la comunidad cristiana, tiempos remotos dónde la ruta era conocida como El Camino de las Estrellas.

El camino de Santiago, concretamente el francés, pudo coincidir por tanto con un antiguo camino esotérico, una ruta celtibera mágica denominada Camino de las Estrellas o Camino de la Oca, un mapa escrito en cielo que nos guiaba en la noche de manera infalible hacia el “Finis Terrae”, para los antiguos Finisterre, el último rincón occidental del mundo y el lugar dónde comenzaba el país de los muertos.
La ruta reproduce en su recorrido una pequeña parte visible del brazo de la Vía Láctea, usada por antiguos y peregrinos para guiarse en su camino, y coincide perfectamente con el paralelo terrestre 42º N.
El paralelo 42 Norte es uno de los círculos imaginarios perpendiculares al eje de la tierra y es considerado como uno de los paralelos más energéticos del globo terráqueo, aunando enclaves religiosos de importante relevancia como Santiago de Compostela, la región de Roma, el desierto de Gobi, o los montes de Hélade entre otros, dónde según los tibetanos se haya el reino subterráneo de Agartha y la ciudad de Shambala. Es cierto que algunos investigadores incluyen en este paraleo el Monte Ararat, pero éste, se encuentra desplazado unos 330 km.Estas primeras rutas ancestrales tuvieron ritos y costrumbres que con el paso del tiempo y a raíz de las primeras peregrinaciones cristianas a Compostela algunas fueron incorporándose al Camino. Tradiciones como el simbolismo de la concha, la purificación del alma, las estrellas, entre otros, se dice que pasaron a formar parte de la tradición actual al no poder ser acalladas del arraigo de la ruta.




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