¿Existen en la actualidad los caballeros templarios?

La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón fue disuelta por el Papa Clemente V en 1312, tras sangrientas disputas de poder entre sectores clericales y diversos monarcas del medioevo. La abrupta desaparición de los templarios dio lugar a incontables especulaciones y mitos que persisten hasta la actualidad.

Desde elucubraciones que afirman que nunca han dejado de existir en la clandestinidad, hasta la extendida hipótesis de que un grupo heredero de la orden pugna secretamente por el control mundial.

Lo cierto es que no hay ninguna evidencia concreta de que existan en la actualidad caballeros templarios abocados de la antigua tradición cruzada. No obstante, en 1981 el Vaticano confeccionó una exhaustiva lista donde se contaban todas las organizaciones que se declaran sucesoras de los templarios.

Entre quienes toman su nombre de la orden se cuentan grupos como los Caballeros de la Alianza Templaria contra la droga, dedicados a enfrentar las adicciones; la Orden de los Caballeros del Temple y de la Virgen María, abocados a la experimentación alquímica; y diversas Hermandades y Maestrazgos que no poseen linaje templario. Miembros del poderoso cártel mexicano aparecido en el estado de Michoacán en 2011, también se hacen llamar Caballeros Templarios.

Ciertos ritos masónicos toman su simbología de los templarios, e incluso existen corrientes que aseguran descender de los monjes, tales como el Rito Masónico Templario y la Estricta Observancia Templaria del Barón d’Hund.

Enigmática franja de agujeros en Perú

Las líneas de Nazca son mundialmente famosas gracias a sus complejos dibujos que sólo pueden apreciarse desde el aire. Durante décadas, los investigadores han desarrollado una amplia variedad de hipótesis sobre su origen y utilidad.

En la misma zona de Perú existe también una extraña franja de agujeros, que aunque mucho menos conocida que las mencionadas líneas, también intriga a los especialistas.

La franja, ubicada en el valle de Pisco, está compuesta por 6900 huecos tallados en piedra, de entre 50 centímetros y 2 metros de profundidad. Distribuidos a distancias que oscilan entre los 14 y los 21 metros, bordean el valle hasta el comienzo de la montaña.

Los extraños agujeros fueron descubiertos en 1933 por el explorador Robert Shippee, y desde entonces han suscitado un profundo debate en la comunidad arqueológica.

Mientras algunos sostienen que las estructuras fueron creadas para acopiar materias primas que luego eran distribuidas en el vasto imperio Inca, otros creen que podría tratarse de un complejo sistema de señalización, o tumbas reservadas para la nobleza preincaica. Hay quienes defienden incluso la hipótesis extraterrestre.

Lo cierto es que, casi noventa años después de su hallazgo, y tras numerosas investigaciones llevadas a cabo en el territorio, no existe aún consenso científico sobre quienes desarrollaron semejante prodigio arquitectónico, ni por qué razón.

Que es el Gympie Gympie

Este árbol Gympie Gympie te puede dejar un dolor agonizante con el tacto más leve" dice el artículo de National Geographic, escrito por Lidia Hales, que dice que si uno es picado por un Gympie Gympie, lo más importante es no frotar la zona, ya que podría romper los pelos, lo que lo hace muy difícil de eliminar.
Para quitar el dolor, es recomendable aplicarse ácido clorhídrico diluido (1:10 en volumen) que neutralizará el recubrimiento péptido del cabello de esta planta, seguido luego por tiras de cera para quitar los pelos urticantes, tal como una depilación, lo que aliviará el dolor al rededor de una hora y media.
"Cuando uno se toca la punta de estos pelos es posible que se rompan, lo que provocará que los cabellos se conviertan en unas agujas auto-inyectantes hipodérmica" dice Hughs.
El científico Dr. Hugh Spencer describe la picadura inicialmente como "ser atacado por las avispas", luego se hincha y se torna blanca la zona de contacto y, si tienes mala suerte, comenzarás a sudar un líquido acá.
Este Gympie Gympie es capaz de picar incluso cuando sus hojas están muertas. La toxina en estos pelos está sellada y no pareciese que fuese afectado por el tiempo.

Chispa de la vida (hallazgo cientifico)

Un equipo de investigadores de la Universidad Northwestern de Chicago, EE.UU., afirma haber capturado en imágenes los "fuegos artificiales" que se producen cuando un espermatozoide entra en el óvulo, es decir, el momento preciso en que empieza una nueva vida humana, informa la página web de la institución.
Los científicos han detectado que el momento exacto de la concepción está marcado por un destello de luz provocado por una erupción de chispas de zinc en el óvulo. De acuerdo con el estudio, publicado en la revista 'Scientific Reports', tras liberarse del óvulo, el zinc se une a pequeñas sondas de moléculas que emiten chispas microscópicas fluorescentes.

El descubrimiento podría ayudar a los especialistas en fertilidad a determinar qué óvulos reúnen mejores características para ser fecundados 'in vitro', señalan los investigadores. "Esto significa que si se puede ver la chispa de zinc en el momento que tiene lugar la fecundación se sabrá inmediatamente qué óvulos son los adecuados para la fertilización 'in vitro'", dijo Teresa Woodruff, uno de los autores principales del estudio y experta en biología del ovario en Northwestern.

La Somnifobia

La somnifobia, también llamada hipnofobia no es sino un trastorno en el que el que lo sufre tiene un miedo irracional a quedarse dormido. Este pánico, cuando no auténtico terror, procede de la sensación de que mientras están dormidos pueda sucederles algo horrible que acabará con sus vidas, como el hecho de pensar que van a morir mientras duermen y, por tanto, no despertarían jamás.
Esta fobia, que genera una situación de estrés permanente, provoca, al intentar conscientemente no quedarse dormidos nunca, un deterioro del organismo así como un menoscabo de la salud mental del individuo.
Las personas que sufren de somnifobia tienen una serie de síntomas muy concretos: respiración entrecortada, sudoración, falta de aire, sensación de pánico, temblores, somnolencia, palpitaciones o náuseas.

Este miedo a dormir puede presentarse a cualquier edad y las causas pueden ser muy variadas. Las personas con apnea, pesadillas o terrores nocturnos o aquellas que han sufrido experiencias negativas asociadas al sueño son las más proclives a sufrir este trastorno del sueño.