viernes, 1 de junio de 2012

La Guardia Suiza Pontificia

La Guardia Suiza el cuerpo militar encargado de guardar el orden en la Ciudad del Vaticano.

Fue creada el 21 de enero de 1506, tres años después de que el Papa Julio II ocupara la silla de San Pedro y pidiera a los nobles suizos soldados para su protección, formando una compañía de 150 hombres.

Desde entonces, la Guardia Suiza ha protegido no sólo a Sumos Pontífices. Durante el reinado de Luis XIV se encargó de la seguridad del Palacio de Versalles, en Francia.

Diversos hechos de armas han inmortalizado a estos soldados, pero el más memorable ocurrió en 1527 cuando se enfrentaron a un millar de soldados alemanes y españoles durante el saqueo de Roma por parte del emperador Carlos V.

Lucharon ante la Basílica de San Pedro y siguieron combatiendo mientras retrocedían hasta los escalones del altar mayor.

Sobrevivieron sólo 42 de los 150 guardias suizos; estos 42 soldados formaron un círculo alrededor del Papa Clemente VII y lograron que escapara por un callejón que conduce al Castillo de Sant Angelo.

Rememorando este hecho, cada 6 de mayo los nuevos alabarderos juran sus cargos ante el Papa y los ascendidos toman posesión.

La Guardia Suiza está compuesta por cien soldados: cuatro oficiales, 23 mandos intermedios, 2 tamborileros, un capellán y 70 alabarderos, que son los que portan la alabarda, este arma tradicional de madera con punta de lanza que usaban en la Infantería desde la Edad Media y hoy se utiliza como arma ceremonial.

Para enrolarse en ese “Ejército del Papa”, es necesario ser varones suizos y tener entre 19 y 30 años de edad, pertenecer a familias católicas y haber hecho el Servicio Militar. La mayor parte de ellos proviene de Lucerna y de cantones suizos de lengua alemana. La altura mínima requerida es de 1.74 metros.

Sus trajes a franjas amarillas, azules y rojas fueron diseñados por el gran pintor y escultor Miguel Ángel. La bandera porta en la parte inferior las armas de Julio II y en el superior las del Papa reinante.

Actualmente cada guardia suizo trae oculto en su uniforme un pulverizador de gas lacrimógeno y a partir del grado de sargento, una pistola y dos modernas granadas.

Cada vez que el Santo Padre pasa frente a ellos, el llamado ejército más pequeño del mundo le saluda de rodillas, en señal respeto.

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