martes, 24 de abril de 2012

La Historia detrás del Exorcismo de Emily Rose

Annelise Michel
Una de las películas que más temores despertaron entre la población de muchas ciudades en el mundo fue, sin lugar a dudas, El Exorcista, la misma que trajo consigo muchos momentos de histerias masivas y climas de temor en varias familias que sentían que este mismo caso se vivía en sus propios hogares.

En algún momento es lo que se pensó en el caso de Anneliese Michel, pues justo dos años antes había salido a la luz la producción en la que el personaje que interpretaba Linda Blair era poseída por el mismo demonio.

Para muchos, la historia de Anneliese Michel fue tan real que incluso fue llevada a la pantalla grande con el título de El exorcismo de Emily Rose, que también ha venido a convertirse en un ícono de este tipo de producciones en el cine.

El caso es que Anneliese comenzó a sufrir de alucinaciones demoníacas y fuertes convulsiones en 1967, y dos años más tarde, se iniciaron sus primeras manifestaciones epilépticas, lo que se añadía a las voces que ella decía escuchar, y que la sindicaban como una joven poseída y maldita.

Luego de intentar y fracasar con la medicina de la época, los padres decidieron buscar la solución en la Iglesia, luego de que se supiera que Anneliese rechazara en todo momento, durante una peregrinación, estar frente a la imagen de Jesús así como evitar tomar agua sagrada de una fuente. Eso era para los padres una especie de confirmación de que algo anormal y antinatural sucedía en ella.

El rito le fue autorizado luego de dos solicitudes al Obispo, asignando al padre Arnold Renzo y al pastor Ernst Alt el encargo de llevar a cabo el ritual romano para ello, quienes tuvieron la enorme paciencia de realizar el ritual durante diez meses en una o dos sesiones por semana.

Anneliese era declarada maldita y ya comenzaba a ver rostros de demonios en las personas y cosas muy extrañas a su alrededor, además, ella decía estar poseída por Lucifer, Judas Iscariote, Nerón, Caín, Hitler y un excomulgado sacerdote franciscano del siglo XVI. Comenzó a lamer su orina en el suelo, comía insectos, le arrancaba la cabeza a las aves y no se cansaba de gritar durante horas.

Su estado de salud se deterioró notablemente llevándola a la desnutrición y a serias convulsiones, y que según contó luego se familia, era la forma en la que quería acabar con la influencia del demonio sobre ella, además que de esta manera expiaba los pecados de muchos en el mundo.

Repentinamente murió. Deshidratada, desnutrida, con fiebre y con neumonía, terminó sus días diciéndole a su progenitora: “Madre, tengo miedo”

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