Un equipo de investigadores de la Universidad Northwestern de Chicago, EE.UU., afirma haber capturado en imágenes los "fuegos artificiales" que se producen cuando un espermatozoide entra en el óvulo, es decir, el momento preciso en que empieza una nueva vida humana, informa la página web de la institución.
Los científicos han detectado que el momento exacto de la concepción está marcado por un destello de luz provocado por una erupción de chispas de zinc en el óvulo. De acuerdo con el estudio, publicado en la revista 'Scientific Reports', tras liberarse del óvulo, el zinc se une a pequeñas sondas de moléculas que emiten chispas microscópicas fluorescentes.
El descubrimiento podría ayudar a los especialistas en fertilidad a determinar qué óvulos reúnen mejores características para ser fecundados 'in vitro', señalan los investigadores. "Esto significa que si se puede ver la chispa de zinc en el momento que tiene lugar la fecundación se sabrá inmediatamente qué óvulos son los adecuados para la fertilización 'in vitro'", dijo Teresa Woodruff, uno de los autores principales del estudio y experta en biología del ovario en Northwestern.
lunes, 16 de mayo de 2016
martes, 10 de mayo de 2016
La Somnifobia
La somnifobia, también llamada hipnofobia no es sino un trastorno en el que el que lo sufre tiene un miedo irracional a quedarse dormido. Este pánico, cuando no auténtico terror, procede de la sensación de que mientras están dormidos pueda sucederles algo horrible que acabará con sus vidas, como el hecho de pensar que van a morir mientras duermen y, por tanto, no despertarían jamás.
Esta fobia, que genera una situación de estrés permanente, provoca, al intentar conscientemente no quedarse dormidos nunca, un deterioro del organismo así como un menoscabo de la salud mental del individuo.
Las personas que sufren de somnifobia tienen una serie de síntomas muy concretos: respiración entrecortada, sudoración, falta de aire, sensación de pánico, temblores, somnolencia, palpitaciones o náuseas.
Este miedo a dormir puede presentarse a cualquier edad y las causas pueden ser muy variadas. Las personas con apnea, pesadillas o terrores nocturnos o aquellas que han sufrido experiencias negativas asociadas al sueño son las más proclives a sufrir este trastorno del sueño.
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